Ciencia y tecnología deben perseguir el beneficio social: Cid Monjaraz
(Fotografía: Especial)
Redacción
17 noviembre, 2015 , 7:38 pm
17 noviembre, 2015 , 7:38 pm
- Con 34 años como docente en la BUAP, ha sido responsable del desarrollo de muchos proyectos tecnológicos
Puebla, Puebla.- Una vida dedicada a la academia, la búsqueda del conocimiento y la investigación tecnológica, con la convicción de apoyar la formación universitaria de los jóvenes y alcanzar el beneficio social, trazan la labor de Jaime Cid Monjaraz, coordinador de Transferencia de Tecnología de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento (DITCo), de la BUAP.
Actualmente, es el encargado de proteger el trabajo intelectual de los investigadores de la Institución. A través de una revisión meticulosa de cada uno de los proyectos, asegura los elementos necesarios para lograr su registro de patente y que esta se traduzca en una herramienta tecnológica al servicio de la sociedad.
Con 34 años como docente en la máxima casa de estudios de Puebla, ha sido responsable del desarrollo de muchas tecnologías, así como de áreas estratégicas en ese rubro, tal es la creación del Laboratorio de Mecatrónica del Centro Universitario de Vinculación y Transferencia de Tecnología (CUVyTT).
A la fecha, cuenta con ocho solicitudes de registro de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Dos de esas, además, se han tramitado a nivel internacional: “Sistema para automatización de banda transportadora con retroalimentación visual” y “Sistema de control de movimiento para un robot de transmisión directa, mediante retroalimentación visual”.
Cid Monjaraz es un hombre de semblante relajado. Transmite confianza. A la BUAP ingresó como preparatoriano, en la “Benito Juárez García”, a finales de los años 70. Ya en la licenciatura formó parte de ese grupo de estudiantes que en 1983 ajustó un transmisor de onda corta con 40 vatios de potencia, para usarlo en la banda de amplitud modulada y realizar transmisiones de noticias, programas culturales y científicos. La primera emisión informal de lo que sería la futura radio universitaria.
Durante su formación como licenciado en Electrónica comenzó a impartir clases en la actual Preparatoria Regional Simón Bolívar. Al concluir sus estudios universitarios, se convirtió primero en auxiliar y luego en docente del Colegio de Electrónica, donde contribuyó a la creación de los laboratorios de Instrumentación y de Robótica, así como del Centro de Cálculo.
Tiempo después, cuando el Colegio de Electrónica fue reconocido como facultad, se desempeñó como su primer secretario académico. Posteriormente, ocupó el puesto de director durante dos periodos; asimismo, el cargo de director de Divulgación Científica de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado.
A pesar del trabajo administrativo, la investigación siempre ha estado presente en su vida: la motivación de descubrir algo nuevo. Más allá de la vida académica, es un hombre que disfruta de pasar el tiempo libre al lado de su familia, por lo que al salir del trabajo dedica sus tardes a compartir alguna actividad con ellos, como ir a comer una pasta italiana, uno de sus platillos favoritos, o bien quedarse en casa a ver algún programa de televisión.
Amante del cine desde joven, sus películas favoritas son las de robots y de suspenso, por lo que procura ir a los estrenos de estos géneros y armar su videoteca una vez que han salido a la venta. En la música de trova encuentra una fuente de inspiración y relajación, así como en la lectura de todo tipo, desde novelas de ciencia ficción, política, semblanzas y, por supuesto, sobre tecnología. Parte de su tiempo libre también lo dedica a mantenerse informado sobre las nuevas tecnologías que surgen en el mundo, además de mantener contacto con inventores, creadores e innovadores.
Desde sus años de estudiante supo que su pasión era la robótica. Cuenta con una maestría en Control Automático y un doctorado en Ingeniería Mecatrónica. A pesar de sus responsabilidades como coordinador de Transferencia de Tecnología, continúa impartiendo clases a las nuevas generaciones.
Con alegría en el rostro confiesa que esa vocación por enseñar y contribuir al desarrollo del conocimiento fue inspirada por la labor del ingeniero Luis Rivera Terrazas, quien al impartir su cátedra “combinaba la parte académica con una preocupación social, con la finalidad de inculcar en sus estudiantes la idea de mejorar las condiciones de la sociedad, a través de la cultura, la ciencia y la educación”.
A lo largo de estos años, afirma, se siente muy satisfecho con su labor y siente un fuerte compromiso con la Universidad y el país de aportar una educación de calidad, sustentada en valores como honestidad, responsabilidad y solidaridad.
“Los jóvenes tienen mucha necesidad de recibir una formación profesional de alto nivel, en la que se profundice sobre el conocimiento humano y se motive la búsqueda de un desarrollo tecnológico propio, orientado al beneficio de la población”, expresa. Esto es parte de su vida, su aliento, su motivación.
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