Encuentro de la Red Mexicana de Ciudades Educadoras
Autoridades, distinguidos invitados, compañeros, amigos todos, la ciudad de Puebla les da la más cordial bienvenida a todos los participantes a este Encuentro de la Red Mexicana de Ciudades Educadoras.
Carlos Fuentes menciona que “La educación se ha convertido en la base de la productividad. El crecimiento económico depende de la calidad de la información y esta de la calidad de la educación. Un lugar privilegiado de la modernidad económica lo ocupan los creadores y productores de información más que de productos materiales. Cine, televisión, casetes, las industrias de la telecomunicación y las productoras de los instrumentos y equipos procesadores de información están hoy en el centro de la vida económica global. Los ricos de antaño producían acero (Carnegie, Krupp, Manchester). Los ricos de hogaño producen equipos electrónicos (Bill Gates, Sony, Silicon Valley). Esto es cierto y por eso hay que contrastarlo con los hechos. El abismo de la pobreza en los países del llamado tercer mundo se traduce en niveles decrecientes de educación. Hay 900 millones de adultos iletrados en el mundo, 130 millones de niños sin escuela y cien millones de niños que abandonan sus estudios en los grados primarios. Las naciones del Sur cuentan con el 60 por ciento de la población mundial de estudiantes pero con el 60 % de la población el 12 % del presupuesto mundial para la educación. En México, la tasa de escolaridad es de seis años y medio. En Argentina es de nueve y en Canadá de doce. En la secundaria y la preparatoria, sólo 28 de cada cien jóvenes entre los 16 y los 18 años reciben instrucción en México, y en las universidades, sólo el 14 por ciento de los jóvenes entre 19 y 24 años alcanza ese nivel educativo. Y en el posgrado, sólo el dos por ciento de los egresados de las universidades hace maestrías y un 0.1 por ciento doctorados. El tercer mundo sólo cuenta con el seis por ciento de los científicos mundiales. Entre este número, sólo el uno por ciento son latinoamericanos. El 95 por ciento de los científicos pertenecen al primer mundo.”
El poder liberador de las ideas y de la capacidad transformadora de la enseñanza establece la diferencia esencial entre el humano y las demás especies y determinan la única posibilidad de igualar el acceso a las oportunidades entre todos los hombres. El derecho a la educación, es un derecho humano tan esencial como el derecho al aire y al agua. El mundo gasta anualmente 800 mil millones de dólares en armamento pero no puede reunir los 6 mil millones al año necesarios para dar escuela a todos los niños del mundo en el próximo año 2010. Tan sólo un uno por ciento de rebaja en gastos militares en el mundo sería suficiente para sentar frente a un pizarrón a todos los niños del mundo (datos de la UNESCO y el Banco Mundial).
Según nuestra Constitución, todos los mexicanos desde el nacimiento gozamos de derechos; en la vida real no es así. Las desigualdades sociales y la exclusión existen en nuestro país —uno de los quince más desiguales del mundo, de acuerdo a las Naciones Unidas—, e impiden que millones accedan a servicios o tengan mejores oportunidades y por lo tanto, al desarrollo humano. Una de las materias pendientes más apremiante que México padece es el de la justicia para los que menos tienen. Es forzoso atender los derechos básicos del desarrollo humano, especialmente la educación. Para crecer como sociedad digna y lograr un desarrollo humano integral, es indispensable priorizar la educación.
Por todo ello es tan importante esta clase de Encuentros de Ciudades Educadoras, estamos rodeados de la insustituible fraternidad de los interesados en la educación, de la fraternidad de quienes se baten por causas y principios, distinta a la cofradía de quienes defienden dogmas, porque la educación demanda razonamientos adecuados, rigurosas normas de evidencia y honestidad, libre intercambio de ideas y su valor es antagónico con el secreto, con la mentira, o lo oculto. Creo entonces que este Encuentro pondrá énfasis en el intercambio de las ideas y que este intercambio exige la claridad del pensamiento y que la claridad del pensamiento exige el rigor en el lenguaje. Nadie pondrá en duda que, para que sea posible resolver cualquier problema, es preciso comenzar por plantearlo claramente. Es posible que los trabajos que se presentarán en este Encuentro servirán para encaminar o estimular la Educación para la ciudadanía, esperando que estos trabajos nos den claridad en nuestro Plan de trabajo para el 2009 de la Red Mexicana de Ciudades Educadoras. Estoy seguro que en los trabajos que vienen, serán sumamente importantes en su experiencia y la de sus ciudades, hagan de esta sede un palacio de ideas.
Nuestra Ciudad se nutre de la realidad cotidiana y la inteligencia de su comunidad, vemos en la educación el mejor recurso para la movilidad social y el desarrollo de nuestras ciudades, contar con una sociedad más culta es uno de los pilares fundamentales también para nuestra democracia. Los invito, a que sigamos poniendo toda nuestra emoción e imaginación en la superación de la Ciudad que hemos soñado, comprometiendo nuestra creatividad, anhelo, confianza y esfuerzo en esta visión de futuro, mediante actos de confianza y entusiasmo en el capital humano, creyendo en la Educación para la ciudadanía en los parques, en las plazas, en las calles. Sólo un apoyo ciudadano mayoritario, explícito y consciente puede garantizar la continuidad de la inversión en educación a los niveles que se requiere para que la generación de conocimientos se convierta en una palanca de desarrollo, y pueda así consolidarse como una actividad socialmente valorada.
Bienvenidos al Encuentro de la Red Mexicana de Ciudades Educadoras, bienvenidos al Palacio Municipal, bienvenidos a Puebla.
El mejor éxito para nuestros trabajos. Muchas gracias Dr. Jaime Cid Monjaraz.
lunes, 25 de mayo de 2009
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