Nos preocupa que la clase política discute todo menos lo que le interesa a la gente. Hoy la clase política esta discutiendo como se reeligen en los cargos legislativos y como se reparten en un nuevo arreglo las cámaras.
Nosotros pensamos en cambio que la gente quiere oír los temas del empleo, del salario, del gas, de la luz, de la vivienda, que son sus preocupaciones cotidianas.
Nos reúne también la convicción de que no son los reacomodos arriba ni las políticas de élite las que van a sacar al país adelante. Necesitamos revitalizar un fuerte movimiento popular desde abajo y a la izquierda pues la fuerza de la izquierda, verdadera y duradera, solo puede provenir de la gente sencilla, de la gente sin dinero y sin intereses.
Por eso también somos leales a nuestros principios. No los canjeamos por nada. No los guardamos en un cajón del escritorio. No los olvidamos. Porque no nos vamos a rendir y ninguna fuerza de derecha, sea el PRI o sea el PAN nos va arrodillar. Así, seguimos en la lucha. Somos congruentes y sabemos resistir.
Cuando dijimos que Felipe Calderón era espurio era para siempre, porque lo espurio no se quita con el tiempo.
Hoy más que nunca, el país necesita un cambio hacia la izquierda. La única salida esta a la izquierda. En efecto, urge sacar al PAN del gobierno federal, pero no para poner al priismo salinista. En efecto, hay que frenar al PRI, pero no para apoyar a una nueva versión del PAN. Por eso decimos: la diferencia entre el PRI y el PAN es la misma que entre la pepsi cola y la coca cola: tienen un envase distinto pero adentro tienen la misma porquería. Ni pepsi cola ni coca cola, preferimos los refrescos de la cooperativa pascual. Es decir, propiedad social y nacionalismo.
La izquierda debe sacar su rostro, su propia identidad, su programa como alternativa distinta frente al desastre de muchos años del PRI y pocos años del PAN. Por eso, no puede haber alianza con ellos. Si no los enfrentamos decididamente ahora y todo el tiempo, ¿cómo diremos mañana que son nuestros adversarios? ¿Quien nos creerá plenamente si no hay congruencia y si no hay definiciones claras? Por lo demás, la derecha sigue asediando al DF, metiendo controversias, acciones de inconstitucionalidad, metiéndose en los asuntos de seguridad publica del Distrito Federal, no dejan de hostigarnos, nos quitan recursos. Son en una palabra nuestros adversarios declarados. Por eso, nosotros decidimos combatir a la derecha, sea panista o priista pues es la misma derecha neoliberal, que mandó a la calle a los trabajadores electricistas.
La izquierda triunfará si sabe ser la izquierda misma.
Nosotros pensamos en cambio que la gente quiere oír los temas del empleo, del salario, del gas, de la luz, de la vivienda, que son sus preocupaciones cotidianas.
Nos reúne también la convicción de que no son los reacomodos arriba ni las políticas de élite las que van a sacar al país adelante. Necesitamos revitalizar un fuerte movimiento popular desde abajo y a la izquierda pues la fuerza de la izquierda, verdadera y duradera, solo puede provenir de la gente sencilla, de la gente sin dinero y sin intereses.
Por eso también somos leales a nuestros principios. No los canjeamos por nada. No los guardamos en un cajón del escritorio. No los olvidamos. Porque no nos vamos a rendir y ninguna fuerza de derecha, sea el PRI o sea el PAN nos va arrodillar. Así, seguimos en la lucha. Somos congruentes y sabemos resistir.
Cuando dijimos que Felipe Calderón era espurio era para siempre, porque lo espurio no se quita con el tiempo.
Hoy más que nunca, el país necesita un cambio hacia la izquierda. La única salida esta a la izquierda. En efecto, urge sacar al PAN del gobierno federal, pero no para poner al priismo salinista. En efecto, hay que frenar al PRI, pero no para apoyar a una nueva versión del PAN. Por eso decimos: la diferencia entre el PRI y el PAN es la misma que entre la pepsi cola y la coca cola: tienen un envase distinto pero adentro tienen la misma porquería. Ni pepsi cola ni coca cola, preferimos los refrescos de la cooperativa pascual. Es decir, propiedad social y nacionalismo.
La izquierda debe sacar su rostro, su propia identidad, su programa como alternativa distinta frente al desastre de muchos años del PRI y pocos años del PAN. Por eso, no puede haber alianza con ellos. Si no los enfrentamos decididamente ahora y todo el tiempo, ¿cómo diremos mañana que son nuestros adversarios? ¿Quien nos creerá plenamente si no hay congruencia y si no hay definiciones claras? Por lo demás, la derecha sigue asediando al DF, metiendo controversias, acciones de inconstitucionalidad, metiéndose en los asuntos de seguridad publica del Distrito Federal, no dejan de hostigarnos, nos quitan recursos. Son en una palabra nuestros adversarios declarados. Por eso, nosotros decidimos combatir a la derecha, sea panista o priista pues es la misma derecha neoliberal, que mandó a la calle a los trabajadores electricistas.
La izquierda triunfará si sabe ser la izquierda misma.
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