a) La crisis de representatividad que padecen los partidos políticos en buena medida se debe a que sus dirigentes se han acostumbrado a tomar decisiones al margen no sólo de los sectores sociales a los que dicen representar, sino ignorando también a sus militantes y simpatizantes más cercanos.
b) Estas prácticas han conducido a la formación de una clase política que incluye a equipos de dirigentes, funcionarios, legisladores, operadores políticos y simples parásitos quienes, bajo las siglas de todos los partidos, han logrado consolidar un interés común para negociar entre sí la repartición de cargos de todo tipo con salarios exuberantes que rebasan con mucho sus capacidades como servidores públicos, utilizando el discurso de la problemática social como un simple recurso para alcanzar sus fines personales y de grupo. Esta degradación de la política y la vida pública es, sin duda, uno de los principales obstáculos que debemos superar en la construcción de un ambiente democrático.
c) En este lamentable contexto y desde las cúpulas partidistas se propone la alianza entre el PAN y el PRD en las próximas elecciones para enfrentar al PRI y al grupo de vividores del Partido Verde ahora aliados con ellos. La propuesta de alianza no ha ido acompañada hasta ahora de un programa de trabajo que justifique tan insólita mezcolanza. En la lógica que hemos señalado antes, presentar un programa que los ciudadanos podamos analizar no es importante para las cúpulas partidistas, y en caso de aparecer posteriormente, no será sino el pretexto discursivo para lograr sus verdaderos intereses como clase política.
d) Pero no sólo existe esta alianza declarada entre la autodenominada izquierda partidista y el PAN; existe también una alianza silenciada entre sectores de esa izquierda y el PRI de Mario Marín y López Zavala. Es decir, el principal problema de la vida política, incluida su práctica electoral, que tenemos en Puebla, es la inexistencia de una izquierda partidista con un proyecto de gobierno propio. Así de simple y así de lamentable.
e) Si las anteriores consideraciones son correctas, una posible superación de este desalentador panorama estaría en manos de ese amplio y diverso sector que podríamos llamar izquierda ciudadana, que depositó cientos de miles de votos durante las elecciones del 2006 y que no ha sabido ser recompensada con inteligencia política y con un proyecto propio para legislar y gobernar el estado por parte de la izquierda partidista. Es una vergüenza que la ineptitud y el oportunismo de los políticos profesionales dilapiden un capital político tan importante como el que se generó durante el 2006 y que los partidos que se reclaman de izquierda en Puebla no puedan caminar sin las andaderas del PRI y el PAN.
f) En consecuencia, los ciudadanos de izquierda y sin partido hacemos un llamado a los simpatizantes y militantes de los partidos que coincidan con nosotros en estas apreciaciones, para exigir a los dirigentes del PRD, el PT y Convergencia, la elaboración de un Plan de Gobierno que atienda las urgentes necesidades económicas, sociales, políticas y culturales que se padecen en el estado de Puebla. Ese Plan de Gobierno debe sustentarse en la Declaración de Principios de cada uno de estos partidos y que, desafortunadamente, sus dirigentes no han sabido cumplir plenamente. Ese Plan de Gobierno deberá también contemplar los Proyectos de Trabajo que habrán de desarrollarse en los municipios que serán disputados en las próximas elecciones. Estamos hartos de presenciar la deplorable manera en la que los dirigentes partidistas entienden la política: Sólo despiertan de su letargo durante los periodos electorales para ver con quiénes y cómo se reparten las candidaturas al congreso y a los puestos de administración pública.
g) Exigimos también a los dirigentes de PRD, PT y Convergencia que convoquen a los aspirantes a ocupar una candidatura a realizar un debate público y a que cada uno de ellos exponga en foros ciudadanos su Plan de Trabajo para proporcionar a los electores elementos de juicio sobre las distintas propuestas. La selección del candidato debe ser el resultado de una consulta abierta a los ciudadanos que optaremos por la opción de izquierda en las próximas elecciones.
Llamado a los simpatizantes de otros partidos
La crisis de representatividad que vivimos en la izquierda la padecen también, en mayor o menor medida, los militantes y simpatizantes de los otros partidos. Seguramente a miles de panistas les parece también absurda y poco sustentada la alianza declarada con los partidos de izquierda. Sobre todo porque responde únicamente al toma y daca de la clase política transpartidista cuyo argumento es: Que no gane el candidato de Marín porque queremos que gane el nuestro. Allí termina el planteamiento que han dado hasta ahora, sin un plan de gobierno, sin un proyecto y propósitos claros. No les interesa, no la han trabajado y lo que venga después será mera palabrería electoral.
A los militantes y simpatizantes priístas les sucederá lo mismo al ver a los vividores del Partido Verde, antes del brazo del PAN, acercarse ahora a buscar una conveniente alianza con el PRI. No pensamos que pueda hablarse de militantes y simpatizantes del PV, cuya ideología apenas cabe en un spot y cuyo único interés es sorprender con banalidades y mentiras bien presentadas por televisión, a un amplísimo sector desinformado de lo que ocurre en su país. Desafortunadamente estos pillos han tenido cierto éxito entre un electorado frívolo, ingenuo, o desinteresado de lo que ocurre en México.
A pesar de nuestras diferencias ideológicas y de nuestra distinta apreciación de lo que sucede en el país y cómo habremos de enfrentar sus problemas, los ciudadanos que votaremos por algún partido político, cualquiera que este sea, tenemos varias tareas en común:
a) Necesitamos votar no sólo por individuos, sino por proyectos de trabajo viables encabezados por personas competentes y honradas para llevarlos a cabo. Exijamos a los candidatos la exposición de sus ideas en foros públicos, con la participación de los asistentes, así como la organización de debates con los otros candidatos.
b) Necesitamos una contraloría ciudadana, encargada de vigilar que el dinero proveniente de nuestros impuestos sea utilizado con transparencia. Para ello se requiere la creación de comités ciudadanos, profesionales y confiables, reconocidos formalmente, que vigilen la efectiva aplicación de los recursos públicos a las tareas y obras a los que han sido asignados.
c) Necesitamos ciudadanizar el Instituto Estatal Electoral como condición indispensable para tener elecciones confiables.
d) Necesitamos exigir que los tiempos en radio y televisión destinados al proceso electoral se concentren en debates entre los candidatos y en responder a preguntas del público, en entrevistas a cada uno de ellos, y no en gastos multimillonarios en spots vacíos de contenido.
e) Necesitamos exigir rendición de cuentas a los dirigentes de los partidos para conocer en detalle la forma en que se gastan nuestro dinero en los procesos electorales.
f) Necesitamos vigilar los procesos electorales con cámaras fotográficas y de video, organizados en brigadas de observadores reconocidas por el IEE, , para denunciar y evitar la nefasta corrupción ciudadana que implica la compra del voto y el reparto de “obsequios” por parte de los candidatos, sean o no de nuestro partido. Necesitamos sanear las elecciones de estas lacras que a todos nos afectan.
g) No queremos ver sus rostros sonrientes multiplicados hasta la saciedad y convertidos después en toneladas de basura contaminante: queremos aportaciones inteligentes en lugares públicos, debate de ideas en teatros, parques y jardines, eventos culturales que demuestren su nivel intelectual y no las amplias demostraciones, que ya nos han dado, de su mediocridad.
h) Necesitamos representantes populares auténticos, que habiliten el Congreso del Estado, un Congreso dócil, sometido al gobernador en turno y utilizado como moneda de cambio en las negociaciones de la clase política consigo misma.
Consideramos que esto es apenas un esbozo de las tareas que debemos realizar para sanear la vida política en nuestro estado y así contribuir a la consolidación democrática en la que millones de mexicanos están empeñados en distintos puntos del país. Es una tarea pendiente que venimos arrastrando desde hace décadas y si no lo hacemos nosotros nadie lo hará en nuestro lugar.
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