Jueves, 7 de octubre de 2010 La Jornada de Oriente - Puebla -
EDITORIAL
Esta semana fue publicado en El Diario Oficial del estado de Puebla el nuevo reglamento para la instalación de despachadoras de gasolina, diesel y gas en la capital, en el cual se elimina definitivamente el mínimo de 500 metros entre dos o más establecimientos del ramo, medida que parece ir más encaminada al beneficio de algún grupo económico que al de motivar una auténtica competencia entre las estaciones de servicio, según ha considerado el regidor Jaime Cid Monjaraz.
La proliferación de gasolineras en la capital estatal ha estado acompañada en los años recientes de medidas que han sido interpretadas por ciudadanos y organizaciones civiles como un relajamiento en las medidas de seguridad, porque cada vez hay menos interés en que las abastecedoras de combustible estén alejados de centros de alta concentración poblacional como escuelas, hospitales y oficinas.
Sin embargo, a pesar de las protestas ciudadanas y de que en muchos de los casos es evidente lo innecesario que resulta construir una gasolinera casi en frente de otro establecimiento de similar naturaleza, las autoridades siguen concediendo los permisos para los concesionarios, sin ofrecer una explicación convincente sobre esta política discrecional de fomento a este tipo de negocios.
Es imprescindible que la sociedad conozca de manera clara y oportuna los criterios que se están teniendo para conceder permisos de gasolineras, pero sobre todo, que el principio imperante para tales decisiones sea ante todo, la seguridad de la ciudad.
EDITORIAL
Esta semana fue publicado en El Diario Oficial del estado de Puebla el nuevo reglamento para la instalación de despachadoras de gasolina, diesel y gas en la capital, en el cual se elimina definitivamente el mínimo de 500 metros entre dos o más establecimientos del ramo, medida que parece ir más encaminada al beneficio de algún grupo económico que al de motivar una auténtica competencia entre las estaciones de servicio, según ha considerado el regidor Jaime Cid Monjaraz.
La proliferación de gasolineras en la capital estatal ha estado acompañada en los años recientes de medidas que han sido interpretadas por ciudadanos y organizaciones civiles como un relajamiento en las medidas de seguridad, porque cada vez hay menos interés en que las abastecedoras de combustible estén alejados de centros de alta concentración poblacional como escuelas, hospitales y oficinas.
Sin embargo, a pesar de las protestas ciudadanas y de que en muchos de los casos es evidente lo innecesario que resulta construir una gasolinera casi en frente de otro establecimiento de similar naturaleza, las autoridades siguen concediendo los permisos para los concesionarios, sin ofrecer una explicación convincente sobre esta política discrecional de fomento a este tipo de negocios.
Es imprescindible que la sociedad conozca de manera clara y oportuna los criterios que se están teniendo para conceder permisos de gasolineras, pero sobre todo, que el principio imperante para tales decisiones sea ante todo, la seguridad de la ciudad.
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