miércoles, 20 de octubre de 2010

Joel Arriaga Navarro

La ceremonia de inauguración de este parque Movimiento Estudiantil 2 de Octubre en la ciudad de Puebla, y de la obra escultórica correspondiente, logrados ambos por las afanes empeñosos de compañeros estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de Puebla, participantes de aquellas gestas memorables , y familiares y víctimas de brutales acciones represivas gubernamentales con las que pretendieron contenerlos , es una magnífica oportunidad para hacer referencia a sucesos y acontecimientos de estas batallas por la memoria que se están desarrollando en estos tiempos.
En primer lugar debe resaltarse la importancia y trascendencia de lograr oficialmente un reconocimiento histórico general de la trascendencia de los movimientos estudiantiles de la época de los años sesenta, con una obra pública como ésta, porque en este parque también se simbolizan los afanes de todos los jóvenes del mundo que irrumpieron de diversas maneras como protagonistas de la historia. En la vida política de la humanidad, crecientemente densa y compleja, cada día es más evidente la importancia de resaltar lugares de memoria, espacios físicos que condensan recuerdos y facilitan la reconstrucción de historias indispensables para la autoconciencia de nuestras identidades. La simple referencia a “los Fuertes”, el Carolino, “el parque del Movimiento” automáticamente evoca las vivencias de su contenido.
La participación de los estudiantes poblanos en la época de esas grandes convulsiones juveniles, fue destacada y trascendente en muchos sentidos. La sed de conocimientos, la urgencia por entender un mundo que en esa época estaba cambiando aceleradamente, se desplegó en Puebla con trabajos autodidactas, con seminarios de asistencia voluntaria organizados por Luis Rivera Terrazas y con participación de notables intelectuales de las diversas ramas y disciplinas del saber, con profesores y profesionistas destacados y con estudiantes en formación. En esas jornadas de estudio y de investigación sobre los temas vivos de la realidad, se abordaban todos los aspectos, desde las últimas novedades de la ciencia, hasta el seguimiento detallado de las nuevas teorías sociales y las luchas de los pueblos por transformar sus realidades opresivas y de explotación.
En paralelo a esos esfuerzos intelectuales, se impulsaron muy diversas iniciativas para transformar las instituciones y realidades inmediatas. Se desplegaron grandes esfuerzos por lograr cambios en la estructura y dirección de la Universidad, de impulso y modernización de instituciones con una clarividencia científica asombrosa como el Observatorio de Tonantzintla. ( en esos tiempos renombrado INAOE ligando tres áreas de conocimiento que en esos momento podrían parecer relativamente ajenas entre sí), de desempeño notable del hospital universitario, etc . y también luchas políticas directas, de rechazo a gobernantes brutalmente represivos, de acercamiento a las organizaciones campesinas y corrientes sindicales obreras democráticas de textiles, ferrocarrileros y electricistas, y muchas otras participaciones motivadas por inquietudes democráticas y de mejoramiento económico y social. –
También hubo saldos funestos. En los medios universitarios de todo el país sufrimos en sangre propia los crímenes de Enrique Cabrera, de Joel Arriaga Navarro, y de los estudiantes asesinados en el Carolino. En estas actuales batallas por la memoria, con la perspectiva que permite el tiempo y la distancia, se aprecia de mejor manera el esfuerzo heroico en que se empeñaron los estudiantes poblanos frente a fuerzas extremadamente desiguales. La inauguración de este parque es una batalla más por la memoria, y en su realización por sí misma puede decirse que es una batalla ganada con mucho mérito y con mucho orgullo. Felicitaciones compañeros y amigos.

Comité 68
Raúl Alvarez Garín

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